“De la escuela participativa a la sociedad democrática”
El título resume nuestra convicción, desde nuestra práctica docente, del potencial transformador de nuestras escuelas. Puestos a pensar en cómo construir sociedades más democráticas y participativas, la clave reside en la comunidad. Y ¿cabe alguna comunidad mejor que la que habitamos en nuestros centros educativos? Es intergeneracional, diversa, integrada por familias, profesorado, estudiantes, personal de administración y servicios, mantenimiento, limpieza, y está abierta al entorno, al barrio, a las instituciones culturales, sociales y sanitarias con las que interactuamos. Esta escuela, que teje vínculos también con otras escuelas, es paradigma de una comunidad en busca del bien común desde el diálogo, el consenso, el desafío y la pregunta.
Acostumbrados a movernos en el espacio de la formación reglada, los integrantes de la Red de Educadoras y Educadores para una Ciudadanía Global hemos acomodado nuestra mirada al encuentro de oportunidades curriculares para trabajar en nuestras escuelas y hacer posible una educación verdaderamente transformadora. Al marco educativo internacional, global, sumamos el cambio legislativo que ha supuesto la nueva ley de educación en nuestro país (LOMLOE). Nos hicimos la pregunta: ¿Podemos diseñar una situación de aprendizaje con las claves de la Educación Transformadora para una Ciudadanía Global (ETCG), dando voz, por tanto, a nuestros estudiantes?
Inasequibles al desaliento, no había duda, el tema sería: Participación y democracia. De lo local a lo global: ¿Cómo testear la participación en nuestras comunidades educativas? ¿Qué cauces de participación encontramos en nuestros barrios? ¿Podemos sumarnos a las asambleas por el clima? De ahí la estructura ternaria de nuestra propuesta. Quisimos también que tuviera una concreción curricular: por asignaturas y cursos, pero también abierta a proyectos interdisciplinares o forjando redes con otros centros.
Es mucho lo que está en juego. Se trata de formar ciudadanía comprometida capaz de participar activamente en la sociedad y en la toma de las decisiones que nos afectan, de empoderar a nuestro alumnado para que sea agente de cambio en su entorno, construyendo una sociedad más justa y equitativa.
El IDP del ICE de la Universidad de Barcelona acoge nuestro grupo de trabajo y ahora, también el resultado en forma de guía. Como espacio abierto, suma nuevas voces ¡hemos saltado océanos y unido continentes, con el consiguiente encaje de bolillos horario! El proceso de formación y reflexión se enriquece. La Universidad de Barcelona anuda lazos con otros proyectos con los que contactamos: el grupo de investigación de educación moral, GREM y el proyecto DEMOCRAT Horizon. Nuestra propuesta viaja a Tallin y ahora también a través de esta revista. El próximo 28 de octubre la presentaremos en un webinar.
María Esther Gutiérrez Expósito
Red de Educadoras y Educadores para una ciudadanía global
@mestherge