Pascale Lamche, directora de ‘Winnie’: la directora francesa quiso reivindicar la figura de Winnie Mandela en su obra documental. Afirma que el hilo argumental pretende devolverle un papel protagonista en la historia de la lucha contra el Apartheid. Ante una mirada poco amable de los países occidentales sobre su actuación, la película muestra a una Winnie con pleno liderazgo y la búsqueda constante de la igualdad.
Amanda Lipitz, directora de ‘STEP’: en su debut en la dirección cinematográfica, la directora de Baltimore explora la educación de las niñas a lo largo de las diferentes historias de tres estudiantes de secundaria de la ciudad norteamericana. La película ganó el premio especial del jurado para producciones inspiradas en la vida estadounidense.
Kyoko Miyake, directora de ‘Tokyo Idols’: la japonesa Miyake proyectó sus frustraciones con la dinámica de género de su país para crear ‘Idols’. La autora explica que la poca preocupación por la belleza en las jóvenes es considerada casi como un desafío. Su obra es un paso trascendental en la cultura japonesa, partiendo del hecho de que los temas de género y relacionados con el sexo son todavía un tabú.
Sabbah Folayan, directora de ‘Whoose Streets?’: la joven autora de raza negra aborda el levantamiento de la ciudad de Ferguson tras el asesinato de Mike Brown. Su objetivo es tan sencillo como recrear los hechos contando la verdad. Prefiere pasar por encima de la idea de Brown como atracador y de los vecinos de Ferguson como simples bárbaros para ahondar en la tormenta emocional que supuso para la ciudad, y poner el foco de atención en la estereotipación de las personas negras.
Pamela Yates, directora de ‘500 Años’: Guatemala no entra habitualmente en los cánones de lo noticioso, pero la directora pretende demostrar el interés que debería despertar en los espectadores europeos y norteamericanos. Su obra muestra cómo los guatemaltecos se unieron para denunciar la corrupción del expresidente Otto Pérez Molina, y su decisión de exterminar a la población maya del país. Yates es ya una veterana de Sundance, y emplea su talento para promover los derechos humanos.